Mi esposa siempre ponía un amuleto rojo en mi bolsillo antes de salir de casa, diciendo que me protegería

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😨 Mi esposa siempre ponía un amuleto rojo en mi bolsillo antes de salir de casa, diciendo que me protegería. Cuando descubrí la verdadera razón, quedé en shock.

Consideraba nuestro matrimonio un ejemplo de calma. Elena era una esposa devota, cariñosa y amable. Vivíamos tranquilos — hasta que, hace tres días, todo cambió.

Cada mañana, como siempre, ella me arreglaba el cuello, alisaba mi camisa… y como por accidente, metía la mano en mi bolsillo. Pensaba que era solo una muestra de cariño, hasta que un día encontré dentro un pequeño amuleto rojo.

A la mañana siguiente, volvió a estar allí. El mismo amuleto. La misma superficie fría con símbolos apenas visibles.

Cuando le pregunté a Elena, solo sonrió y dijo en voz baja:
— Solo llévalo, por favor. Es importante para mí. Este talismán te protegerá.

😱😲 Me reí, pensando que era una simple superstición. Pero la risa se desvaneció cuando, unos días después, descubrí su verdadero significado y por qué Elena quería que lo llevara cerca del corazón․․․

Continuación en el primer comentario👇👇

Pasaron algunos días. Empecé a sentirme extraño — cansancio constante, mareos, un sabor metálico en la boca. El médico dijo que podía ser estrés, pero en el fondo sabía que algo no estaba bien.

Una noche, al regresar antes de lo habitual, vi a Elena en el sótano. Estaba de pie ante una mesa donde había varios amuletos rojos iguales, y llevaba guantes de goma. En un frasco de vidrio al lado había una inscripción casi invisible: «Ra».

Cuando se dio cuenta de que estaba en la puerta, palideció.
— No deberías haber visto esto… — susurró.

Tomé uno de los amuletos y sentí un ligero calor proveniente del interior. Más tarde, el laboratorio confirmó: en su interior había partículas de radio. Me estaba envenenando lentamente, día tras día.

Elena confesó. Todo ese tiempo había fingido ser una esposa amorosa, pero en realidad buscaba mi seguro y mi herencia.
— Lo siento… no pensé que llegaría tan lejos, — lloraba mientras se la llevaban.

Desde entonces odio todo lo rojo. Incluso una gota de sangre en el espejo. Porque me recuerda lo traicionero que puede ser el amor.

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El Lindo Rincón