Me despidieron porque tengo cáncer. Pero lo que ocurrió en la oficina una semana después sorprendió a todos.
😲😵Me despidieron porque tengo cáncer. Pero lo que ocurrió en la oficina una semana después sorprendió tanto a la dirección como al departamento de recursos humanos, e incluso a mí misma…
Cuando recibí el diagnóstico, pensé: «Será difícil, pero tengo trabajo, apoyo, seguro. No estoy sola». Ingenua.
Fui al departamento de recursos humanos con los documentos, la voz temblorosa. Hablé del inicio de la quimioterapia, de la necesidad de un horario flexible, pero también de mi deseo de seguir trabajando. Mariana, la gerente, me miró como si hubiera dicho que tenía lepra.
— Sofía, esto es muy delicado, — dijo con una sonrisa detrás de la cual se percibía rechazo. — Necesitamos un empleado al 100%.
Y me despidieron. Así, simplemente, con una caja, papeles para firmar y un vacío «buena suerte».
😱Pero lo que ocurrió en la oficina una semana después sorprendió tanto a la dirección como a recursos humanos, e incluso a mí misma.
Continuación en el primer comentario.👇👇
Mis compañeros no se quedaron indiferentes. Una semana después anunciaron una huelga, colgaron pancartas, grabaron videos para las redes sociales y declararon en voz alta: «A un colega no se le despide por una enfermedad — ¡se le apoya!»
La reacción de la empresa fue inesperada. En lugar de despedir a todos, la dirección vio lo mucho que se había difundido el escándalo — en los medios, en la comunidad empresarial, en todo el país. La situación se volvió simplemente vergonzosa para la reputación de la compañía.
Bajo la presión de la opinión pública y de los compañeros, la empresa se vio obligada a reconsiderar su decisión.
Me reincorporaron al trabajo, me concedieron cobertura de seguro completa para el tratamiento, y a los compañeros que me apoyaron ya nadie los tocó.
Al cabo de un tiempo terminé el tratamiento y regresé al trabajo con un horario normal, más fuerte y segura de mí misma.
Esta experiencia me mostró que la solidaridad, la humanidad y la perseverancia pueden cambiar incluso las reglas más injustas.











