En su cumpleaños, este hombre sin hogar simplemente soñaba con compartir un pedazo de pastel con alguien 😢 Y entonces conoció a un peluquero que no solo compartió con él un pedazo de pastel, sino que también cambió su apariencia 😍 ¡Te sorprenderá el resultado: pareció rejuvenecer 10 años!
Ese día, al salir de la iglesia, Murilo se encuentra con Marcos, un sintecho sentado en su rincón con un aire triste. No indiferente, el joven peluquero se acercó a él para intentar consolarlo. Marcos, al principio incómodo, le explicó a Murilo que ese día celebraba su cumpleaños.
Le confesó que había orado a Dios para que le enviara a alguien con quien compartir ese evento y, tal vez, disfrutar de una rebanada de pastel de chocolate. Muy conmovido por su confesión, el joven tomó la iniciativa de ocuparse de él.
Con una bondad de alma extraordinaria, Murilo decidió que ese cumpleaños sería memorable para Marcos. Le propuso seguirlo hasta su salón de peluquería. El sintecho, sintiéndose en buenas manos, confió plenamente en él.
Primero, Murilo le ofreció la posibilidad de tomar un baño relajante y vestirse con ropa limpia. El viejo señor aceptó y ya estaba feliz de sentirse finalmente limpio y bien vestido.
A partir de ahí, el peluquero le explicó que iba a realizar un cambio de imagen completo. El programa incluía un tratamiento de belleza con un corte de cabello y un afeitado impecable. Y, por supuesto, ¡todo gratis!
Cuando se miró en el espejo, el sintecho no podía creerlo, estaba simplemente irreconocible y tan emocionado por esta transformación radical.
Con una gratitud infinita hacia el joven peluquero, Marcos lo abrazó fuertemente para agradecerle este maravilloso gesto hacia él. “Que Dios te bendiga,” le susurró.
Pero la compasión de Murilo no se detuvo allí. Con un gran corazón, tenía otro regalo reservado para el sintecho. Después de la metamorfosis, ¡era hora de celebrar! Para celebrar dignamente su cumpleaños, el joven reservó una mesa en un restaurante de la ciudad.
Invitó a Marcos a compartir la cena con su propia familia. En el colmo de la alegría, el sintecho pasó una de las noches más bellas de su vida… ¡y hasta recibió su famosa rebanada de pastel!