Cuando esta mañana vi las manos de mi madre, me quedé sin aliento de miedo… 😱
Estaba absolutamente segura: ayer sus manos no tenían nada parecido.
🤔 Llamé suavemente la atención de mi madre sobre esto y le sugerí ir al médico. Pero ella lo desestimó — “es una tontería, se pasará sola, no hay que preocuparse.”
No podía calmarme y insistí. Finalmente fuimos al especialista…
Y lo que supimos allí nos dejó literalmente atónitas a las dos. 😲
Solo pensaba: ¡menos mal que no me rendí y la convencí a tiempo!
🧐 Si alguna vez notas algo similar en tus manos — ¡nunca lo ignores! Podría ser más importante de lo que crees… 😵
Lo que el médico dijo exactamente y por qué nos felicitó por acudir a tiempo — léelo en los comentarios…👇
El médico examinó atentamente las manos de mi madre y dijo con calma:
— “Bien que hayan venido. Podrían ser solo cambios relacionados con la edad, pero en su caso veo algo que requiere atención.”
Nos miramos, mi madre y yo. Nos mostró cómo las venas se habían vuelto un poco más firmes y en algunos lugares empezaban a curvarse — esto podría indicar los primeros signos de várices.
Nos explicaron que con la edad la piel se vuelve más delgada, la capa de grasa disminuye, especialmente con la pérdida de peso o cambios hormonales, y los vasos sanguíneos se vuelven más visibles. Esto puede ser normal… pero no siempre.
Si las venas empiezan a sobresalir repentinamente, se vuelven dolorosas, la piel alrededor se enrojece o se oscurece — eso ya no es solo “la edad.”
Puede ser señal de problemas circulatorios, inflamación de las venas o incluso trombos.
También escuchamos sobre el riesgo — en nuestra familia la abuela tenía várices, por lo que la predisposición puede ser hereditaria.
El médico advirtió: un estilo de vida sedentario, trabajo de pie, zapatos apretados o simplemente el calor pueden aumentar la carga sobre las venas. Y en mujeres mayores de 55 años suelen acumularse factores de riesgo “silenciosos”: fluctuaciones hormonales, debilidad vascular, disminución del tono muscular.
Pero lo más importante que añadió — todo puede controlarse a tiempo.
Hacerse análisis, una ecografía venosa, mejorar la alimentación, moverse más, usar medias de compresión. Y sobre todo, acudir al especialista en lugar de esperar que “pase solo.”
Por eso, si notas cambios inusuales, especialmente con molestias, es mejor no retrasar la visita al médico. La consulta especializada ayudará a entender la situación y, si es necesario, a comenzar el tratamiento temprano.











