🧐Vi esta nube en el camino al trabajo a las cinco de la mañana. Todo el cielo estaba despejado, y solo esa nube solitaria flotaba en el horizonte.👇
😲Su forma me llamó la atención de inmediato: no parecía una nube común. Alargada, con bordes definidos, como si hubiera sido pintada en el cielo con un pincel. 🤔Me detuve para mirarla más de cerca, ya que parecía realmente… inusual, fuera de lo común.👇
Durante un momento, me quedé ahí admirando el fenómeno, mientras algunos transeúntes tomaban fotos, sorprendidos por la extraña vista. Más tarde, en las redes sociales, noté que no fui el único que había visto esa nube peculiar: ya había fotos y comentarios en internet.
Algunos incluso sugerían que podría ser una señal extraterrestre, como en la famosa película «La llegada». Debo admitir que, por un instante, pensé lo mismo; todo parecía tan surrealista.
Sin embargo, más tarde se descubrió que la verdad era mucho más terrenal, aunque igual de fascinante. En realidad, se trataba de la estela dejada por el lanzamiento del cohete estadounidense «Antares», en dirección a la Estación Espacial Internacional (ISS).
El lanzamiento ocurrió el 21 de mayo, y la nube que vimos fue el resultado de su trayectoria en la estratósfera, reflejando la luz del sol de la mañana y destacándose en el cielo despejado.
La apariencia inusual y las increíbles formas de esa nube me hicieron reflexionar sobre cuán frecuentemente el espacio nos sorprende con fenómenos que son difíciles de explicar a primera vista.
Vivimos en una época increíble, donde algo tan lejano, como el lanzamiento de un cohete al espacio, se convierte en parte de nuestro paisaje matutino, asombrando y captando la atención de los transeúntes.