😱😯 Todo comenzó cuando mi hermana se apuntó a un « curso de equilibrio interior ». Ese grupo me pareció muy extraño. Fui con ella — y lo que descubrí casi me cuesta la vida.
Si alguien me hubiera dicho que mi hermana entregaría voluntariamente su casa por alguna “armonía”, jamás lo habría creído.
Todo empezó de manera trivial: Laura se inscribió en el curso. Una semana después volvió diferente — dulce, sonriente, con los ojos brillantes.
— Helena, — dijo, — no lo entiendes, por fin me he encontrado a mí misma. Esa gente es auténtica.
Me reí con incredulidad. ¿Auténtica quién?
Un mes después descubrí que el piso de Laura estaba registrado a nombre del “Fondo para el Desarrollo de la Armonía”.
— ¿Recuerdas siquiera cómo firmaste los documentos?
— Claro, — respondió, pero su mirada se desvió. — Bueno… creo que sí.
Desde entonces no dormí tranquila. Cuando le dije que era una secta, Laura se enfadó.
— ¡Cállate! — gritó. — Helena, tienes que verlo tú misma. ¡Hacen milagros!
Acepté — por curiosidad, para entender con quién estaba involucrada.
Fuimos a una vieja casa junto al lago, convertida en un “centro espiritual”. Gente vestida de blanco estaba sentada en círculo; en el centro, una mujer de unos cincuenta años con cabello gris ceniza y una mirada fría e hipnótica. Se hacía llamar Mira-sensei.
Hablaba despacio, en voz baja, y cada palabra suya hacía que quisiera cerrar los ojos y abandonarme. El aire se volvió espeso, el tiempo parecía dilatarse. Sentí que perdía el control y recordé las palabras de un psiquiatra: el dolor te devuelve a la realidad.
Sin saber qué más hacer, me pellizqué la mano. Nada. Luego me pinché un dedo con un alfiler — el dolor atravesó mi palma, y en ese momento la voz de Mira se volvió clara, fría, cortante como un cuchillo.
— Te resistes, Helena. Pero pronto entenderás: la resistencia es el camino del dolor.
Miré a mi alrededor — decenas de ojos vacíos, como de muñecas, seguían cada uno de sus movimientos. Anna-María estaba sentada a mi lado, sonriendo como en trance. En su cuello brillaba un colgante extraño, un símbolo.
Esa misma noche volví en secreto a la sala donde hacían las “meditaciones”. Allí encontré cajas llenas de documentos — no espirituales, sino financieros. Mira-sensei “purificaba” las cuentas de sus discípulos mejor que cualquier banquero.
😨😱 Cuando comprendí todo, ya era demasiado tarde — los guardias me habían visto. No me quedaba otra opción que…
(Continuación en el primer comentario…) 👇👇👇
Cuando comprendí todo, ya era demasiado tarde — los guardias me vieron. Tuve que saltar por la ventana.
Con la mano herida y el cuerpo temblando, llegué a casa de una amiga cuyo marido era policía.
Allí, por fin, me sentí a salvo. Les conté todo: desde el apartamento perdido de Laura hasta lo que ocurría en el centro “Armonía”.
La policía inició de inmediato una investigación secreta. Enviaron a un agente que observaba y grababa cada palabra.
Los flujos de dinero, los falsos rituales, las “meditaciones” — todo quedó registrado.
Un mes después, de manera totalmente inesperada, las fuerzas especiales irrumpieron en el centro. Todos — desde Mira-sensei hasta sus ayudantes — fueron arrestados, y sus “buenas obras” quedaron al descubierto.











