👨👩👦Es difícil imaginar cómo vive una mujer que pesa 330 kg. Especialmente cuando es madre de un niño pequeño y esposa. La dependencia alimentaria la ha hecho incapaz de ser una madre normal, esposa y ama de casa.👇
🫣Ashley se dio cuenta de que necesitaba ayuda, ya que le costaba moverse. Su marido asumió todas las responsabilidades, pero poco a poco se cansó, y ella entendió que si no cambiaba nada, podría irse llevándose a su hijo.😲
Por el bien de su familia, comenzó a perder peso, ¡y lo logró! Perdió 220 kg.👇
Las causas del problema se remontan a su infancia. Ashley creció en una familia disfuncional donde sus padres sufrían de adicción a las drogas. Tras el divorcio de sus padres, la situación empeoró y su madre comenzó a consumir drogas con más frecuencia.
Durante ese tiempo, la niña desarrolló una dependencia alimentaria: comía para olvidar sus problemas. Como en casa nunca había comida adecuada, se alimentaba de lo que podía, principalmente comida rápida.
A los 7 años, Ashley sufría de una fuerte dependencia alimentaria y su peso ya superaba los 110 kg. Su madre solía desaparecer, y la niña vivía con una amiga, donde era sometida a humillaciones y abusos. A los problemas alimentarios se le sumaron problemas psicológicos, lo que solo agravó la situación.
Al terminar la escuela, Ashley pesaba 180 kg y sufría acoso constante. Pronto conoció a un chico con problemas similares y entre ellos surgió el amor. Después de graduarse, se casaron y comenzaron a vivir juntos, compartiendo no solo sentimientos, sino también su amor por la comida.
Fue una gran sorpresa que Ashley, con un peso de más de 200 kg, lograra quedarse embarazada y dar a luz a un hijo. Sin embargo, la maternidad no cambió sus hábitos: continuó comiendo y aumentando de peso.
Cuando su hijo tenía 4 años, Ashley pesaba más de 300 kg y había perdido la capacidad de cuidar de él. No podía atender a la familia, lo que llevó a su esposo a hablar de divorcio.
Esto se convirtió en un momento decisivo para Ashley. Se dio cuenta de que estaba perdiendo a sus seres queridos y que, si no cambiaba, quedaría sola, postrada en la cama. Comprendiendo que no podría lidiar con su adicción sola, se inscribió en el programa «Peso de 300 kg», que ayuda a las personas a superar la sobrealimentación y perder peso.
Al comenzar el programa, su peso era de 330 kg. Ashley se sometió a exámenes que revelaron numerosos problemas de salud. Los médicos le advirtieron que, si no comenzaba a perder peso, no viviría más de tres años. Esto fue otro impulso para ella: no quería que su hijo se quedara sin madre.
Los médicos elaboraron una dieta estricta para Ashley, y ella comenzó a seguirla. Su esposo decidió apoyarla en este emprendimiento y pronto comenzaron a perder peso juntos.
En un año, Ashley perdió casi 130 kg, alcanzando un peso de 200 kg, y no tenía intención de detenerse. Después de 1.5 años, ya pesaba 110 kg, logrando así una pérdida total de 220 kg en 2.5 años.
Ahora, alcanzando un peso de 110 kg, Ashley decidió no perder más peso, considerándolo un gran logro. Ella y su esposo comenzaron una nueva vida, se volvieron activos y viajaron en coche.
Ashley pudo convertirse en una madre de verdad, que puede jugar y cuidar de su hijo. Cambió su vida y, aunque no alcanzó la perfección, está satisfecha con lo que tiene.