Mi esposo se fue de viaje de negocios y decidí trasplantar las flores. Lo que encontré en la maceta me dejó paralizada… 😲😲😲
Miré durante mucho tiempo el taxi que se llevaba a Lucas al girar la esquina. Otra vez se iba de viaje — otra semana de silencio, de cuidar a mi hijo y de vacío en casa. Sí, como siempre, prometió llamar todos los días… Pero yo sabía cómo funcionaba eso: llamadas cortas, entre reuniones. Tenía el corazón apretado.
Al regresar al departamento, sentí cómo el silencio me aplastaba. Mi mirada cayó sobre las flores en el alféizar de la ventana. Hacía tiempo que quería trasplantarlas, pero nunca encontraba el momento. Y ahora — ¿por qué no? Al menos me distraería de estos pensamientos tristes.
Saqué una maceta nueva de cerámica y comencé a sacar con cuidado la planta — una flor exótica que me había regalado mi amiga Isabel hacía un par de meses.
Recuerdo que ella sonrió de forma extraña y dijo: «Te traerá algo especial». Me reí, sin darle importancia a sus palabras.
Mis dedos escarbaban la tierra suelta cuando de repente toqué algo duro. ¿Una bolsa? Al principio pensé que era basura olvidada. Pero cuando saqué lo que encontré, la sangre se me heló en las venas.
Un pequeño paquete, envuelto cuidadosamente en plástico. Con manos temblorosas quité el envoltorio… y en ese instante el corazón se me cayó al suelo. Lo que vi adentro hizo que se me pusiera la piel de gallina… 😲😲😲
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Al final me armé de valor y abrí completamente el paquete. Y entonces… vi algo que me sacudió por dentro. Entre las capas estaba escondida una fotografía — vieja, un poco descolorida.
En ella — Lucas e Isabel. Estaban demasiado cerca. Se reían. Él la sostenía por la cintura. No como se sujeta a una simple amiga.
Fue como recibir un golpe. El corazón me latía en los oídos. No lloré — solo me senté y miré la foto, hasta que mis dedos empezaron a entumecerse.
Todo ese tiempo ella venía a mi casa, tomaba té en mi cocina, me regalaba flores. Y yo… confiaba en ella como en una hermana. 😔
Hice la maleta, tomé a mi hijo y me fui a casa de mi hermana. Necesitaba tiempo. Necesitaba entender qué era verdad y qué era solo un juego.
Dos días después, Lucas volvió. Pálido, confundido, pero no arrogante. Se sentó frente a mí y dijo:
— Sí, hubo algo… con Isabel. Pero antes de nuestra boda. Fue pasajero. Ambos entendimos que no era lo correcto. Pero al parecer ella… no pudo soltarlo. Y decidió destruirnos.
Lo miré a los ojos. No había mentira. Solo confusión y arrepentimiento.
Hablamos durante mucho tiempo. Sobre nosotros. Sobre la confianza. Sobre el pasado y el futuro. Al final lo abracé. Suave, fuerte, de verdad. Porque la familia no se trata de personas perfectas. Se trata de una decisión — cada día.
¿Y tú qué habrías hecho en mi lugar? ¿Perdonarías? ¿O te irías? 🤔











