😲🤗 Estas gemelas siamesas nacieron con las cabezas unidas — un caso extremadamente raro, que ocurre menos de una vez entre un millón. Pero hoy cada una vive su propia vida. Descubre cómo se desarrolló su destino.
Desde las primeras semanas del embarazo, los médicos observaron atentamente a las niñas, preparándose paso a paso para una operación de enorme complejidad.
Después de muchos meses de preparación, llegó el día de su separación. Más de treinta especialistas se reunieron en el quirófano.
La operación duró casi veinticuatro horas — y ocurrió un verdadero milagro. Abigail y Michaela se sintieron separadas por primera vez.
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El silencio del quirófano solo era interrumpido por los sonidos de los aparatos y las voces apagadas de los médicos. El 24 de octubre de 2020, en el hospital infantil UC Davis, comenzó la operación para la que el equipo se había preparado durante muchos meses.
Las hermanas Abigail y Michaela Bachinski, de nueve meses, nacieron con las cabezas unidas — un caso extremadamente raro de gemelas craneópagas, que ocurre menos de una vez entre un millón.
Desde las primeras semanas del embarazo, los médicos siguieron de cerca a las niñas, planificando paso a paso su salvación. En la casa de los padres sonaban constantemente las llamadas del hospital: revisiones, consultas, esperanzas.
Los cirujanos incluso crearon un modelo 3D de sus cráneos y realizaron “ensayos” de la futura operación, como si se prepararan para una danza compleja, donde cada segundo y cada movimiento podían ser decisivos.
Cuando llegó el día de la operación, más de treinta especialistas — neurocirujanos, anestesiólogos, enfermeras — se reunieron en la sala. El trabajo continuó casi veinticuatro horas sin interrupción. A veces parecía que los corazones del equipo y de las niñas latían al mismo ritmo.
Un hallazgo inesperado durante la intervención requirió una decisión inmediata — y los médicos tomaron una elección de la que dependía la vida de ambas.
Al amanecer del 25 de octubre ocurrió un milagro. Abigail y Michaela existieron por primera vez separadas. Su madre, con la oración lista en sus labios, escuchó las esperadas palabras: «La operación fue un éxito.»
Hoy las niñas viven en casa, pueden mirarse a los ojos, y en UC Davis consideran con orgullo este acontecimiento como una de las victorias más complejas y conmovedoras en la historia de la medicina.











