Cuando la madre de 36 años conoció al pequeño Princeton por primera vez, no hubo lugar para la duda. «El responsable del centro de adopción me llamó y me sugirió hacer contacto piel con mi Princeton.
No lo dudé, fui inmediatamente al orfanato,» exclamó entusiasmada. Sin demora, la madre Jones-Baldwin se dirigió con entusiasmo al lugar que acogería su futuro «feliz evento.»
Cuando nació el pequeño Princeton de manera prematura, pesaba solo un kilogramo. Esto se debía a que la madre biológica del bebé era drogadicta y el niño sufría del síndrome de abstinencia, un fenómeno común en estos casos.
Desde el primer momento, la familia Jones-Baldwin se enamoró de este ser adorable y frágil. Su visita los llevó a ir al centro de adopción todos los días para ver a este bebé de cabello rubio ceniza.
Después de decidir adoptar al pequeño Princeton, la familia afroamericana enfrentó estereotipos persistentes. «A menudo nos miran fijamente. Los transeúntes siempre me preguntan si soy la niñera de Princeton.
Algunos extraños dicen: ‘¿Por qué no lo dejaste ser adoptado por una familia de la misma raza?'», lamenta la madre Jones-Baldwin.
Esta familia unida fue acusada de violar la ley debido a la adopción. «Estábamos de vacaciones cuando quisimos capturar este momento familiar. La joven que nos fotografió hizo un comentario desagradable: ¿Estás segura de que es tu bebé?
Lo fotografié con su verdadera familia hace solo dos semanas.» Esta acusación hiriente se convirtió en parte de la realidad diaria de los Jones-Baldwin, estigmatizados por estas suposiciones racistas arbitrarias.
Después de este oscuro incidente, la policía se acercó a ellos y les pidió pruebas administrativas de que el nuevo Jones-Baldwin estaba efectivamente bajo su tutela.