Ser padre o madre es una enorme responsabilidad que exige un compromiso sustancial de ambas partes.
Si bien la participación del padre en la crianza y cuidado del niño puede variar con el tiempo, los entornos y las situaciones, su rol va más allá de lo que algunos puedan atribuirle, como simplemente ser un padre o un ayudante de la madre en su misión educativa y tareas diarias.
Además, el rol de un padre es fascinante, con numerosos aspectos igualmente esenciales que juntos hacen a un padre extraordinario.
Un padre no está solo para ‘apoyar’ a su pareja en la crianza de los hijos. No está allí simplemente para proporcionar ayuda material o para ejercer autoridad. El rol de un padre también incluye la preocupación diaria por la salud, educación, bienestar y escolarización de sus hijos.
Cómo ser un buen padre:
- Sé un buen esposo. Antes de pensar en cómo cuidas a tus hijos, recuerda que un buen padre es, ante todo, un buen esposo.
- No dudes en salir de casa. Tener un hijo pequeño no te impide hacer las cosas que solías hacer antes de la llegada del bebé. Los viajes, salir a cenar y las salidas en familia no están excluidos.
- Tu esposa también necesita tiempo para ella misma. La maternidad no es fácil; es agotadora y demanda mucho tiempo. Así que no te limites a ser un simple ayudante; involúcrate activamente en el cuidado de los niños desde el primer día de su nacimiento.
De esta manera, no solo tu esposa podrá cuidar de sí misma y de su propio bienestar, sino que también fortalecerás el vínculo padre-hijo y disfrutarás de buenos momentos con ellos. - Sé cariñoso, ponte en su lugar; el tiempo vuela, aprovecha al máximo cada momento.
Una relación padre-hijo saludable es esencial para su adecuado desarrollo y estabilidad psicológica. Ama a tus hijos, apóyalos, escúchalos, discute con ellos, intercambia puntos de vista, sé su apoyo.