Tuve una malformación cardíaca congénita y la primera operación fue a los 7 años. Después de eso, todo fue bien el primer año, pero luego algo salió mal y tuve que someterme a una segunda operación a los 9 años.
La operación fue larga y complicada, y cuando me desperté, ya no podía caminar debido al daño en la médula espinal. Ahora sufro de paraplejia y nunca podré volver a caminar.
Todo el mundo piensa que somos hermanas porque nos queremos mucho, pero yo soy su madre: mira luego. Siempre pensé que sería madre, sin duda ni limitación en mi mente.
El primer embarazo fue inesperado, pero decidimos quedarnos con el bebé. Estaba en una silla de ruedas y me preocupaba si podría dar a luz.
Después de consultar, los médicos aceptaron y logré dar a luz a una niña saludable llamada Vika por cesárea. Todo el mundo piensa que somos hermanas porque nos queremos mucho, pero yo soy su madre: mira luego.
El segundo embarazo fue una sorpresa mayor, pero salimos adelante y nació mi segunda hija, Nika. En mi experiencia, tener dos hijos es más fácil, especialmente cuando pueden jugar juntos y hacerse compañía mutuamente.
No fue demasiado difícil para mí como nueva madre porque estaba acostumbrada a hacer todo en la casa por mí misma.
Mi madre siempre ha estado ahí para apoyarme y ayudarme, y sigue ayudándome a criar a las niñas, sentándose con ellas y ayudándolas con sus deberes.