«Mi madre, quien me abandonó a la edad de 3 años, ha reaparecido y se opuso a asistir a mi boda, pero no esperaba tal respuesta de mi parte»

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«Ojos que no ven, corazón que no siente» – dicen esto acerca de casos en los que los amantes se separan. Desafortunadamente, la distancia también puede interponerse en el amor de una madre. Al menos eso es lo que sucedió con mi madre. Tenía solo tres años cuando se fue a Turquía por trabajo.

La extrañaba mucho, pero ella enviaba constantemente dinero y enviaba algunas golosinas mágicas a través de conocidos. Dos años después, mi madre regresó.

Fue felicidad. Pronto resultó que mi madre regresó solo para divorciarse de mi padre. Tenía algún admirador influyente y planeaba casarse con él. Papá le preguntó sobre sus intenciones con respecto a mí. Mi madre vaciló un poco, pero dijo que no podría llevarme con ella porque a Faruk no le gustaba eso.

Papá estaba satisfecho. Yo, sin embargo, no entendía completamente por qué mi madre iría con algún extraño, Faruk, que ni siquiera me quería. Fue muy triste, pero aún no me daba cuenta de que eso significaba una ruptura completa con mi madre. Y eso es exactamente lo que sucedió.

Mi madre se fue, y no supimos más de ella. No llamaba ni se informaba sobre nosotros. Solo en mis cumpleaños recibíamos tarjetas electrónicas y 100 euros. Tal vez hubiera sido más fácil para mí si eso no hubiera sucedido, ya que cada recordatorio de ella también era un recordatorio de que no me quería.

Cuando papá dijo que quería volver a casarse, tuve miedo. Ya tenía diez años, y la palabra «madrastra» ya evocaba tristeza. Pero conseguí una excelente madrastra. Tía, ella me dio tanto calor y amor como nunca había recibido de mi madre biológica. Incluso después de que naciera mi hermanito, su actitud hacia mí no cambió. Y recientemente, mi madre finalmente llamó.

Fue un shock. De alguna manera se enteró de que me iba a casar y llamó para decir que quiere venir y organizar mi boda ella misma, hacer todo de manera impecable. La imaginé junto a mi tía y me di cuenta de que su presencia en la boda sería completamente inapropiada. Y tampoco quería aceptar ninguna ayuda de ella.

Así que se lo dije. Mi madre empezó a contarme que tiene dos hijos con Faruk, que son unos niños maravillosos, y que quiere venir con ellos. No me interesaba. Al igual que a ella no le interesaba yo.

Porque durante toda nuestra conversación, no preguntó nada sobre mí, solo habló de ella misma y sus deseos. Interrumpí su flujo de palabras y le pedí que no me molestara más.»

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El Lindo Rincón
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