Este estudiante tenía la oportunidad de pasar toda la tarde divirtiéndose. Sin embargo, terminó renunciando a ello, prefiriendo ganar un poco de dinero para adquirir unos zapatos nuevos. Afortunadamente, conoció a un hombre muy especial, un amable samaritano con un corazón enorme, que iluminó su día.
Landen, un joven de Connecticut en los Estados Unidos, pasaba sus tardes de verano vendiendo limonada y galletas con su abuela, Wendelin Narvaes. Habían montado un puesto en la calle, frente a su casa.
Este niño, de una familia muy sencilla, tenía un objetivo específico: quería ahorrar un poco de dinero para poder comprarse un nuevo par de zapatos. Y cada venta era considerada un logro, un paso más hacia su objetivo.
El destino puso en su camino un benefactor inesperado.
Un día como cualquier otro, un policía estaba de paso por el vecindario. Se llamaba Joel Pérez y estaba interesado en la actitud de Landen. Este último hizo amistad con el niño. Conmovido por la sinceridad y la inocencia del niño, que deseaba comprar un nuevo par de zapatos para el regreso a la escuela, el policía optó por una actitud particular e inesperada.
Después de hablar con él, el hombre dejó al niño antes de regresar después de unos minutos, con una caja en la mano. ¡Una sorpresa que alegraría a Landen!
«Luego el señor regresó con zapatos nuevos para mi nieto», cuenta la abuela. «¡La cara de Landen se iluminó y su sonrisa era radiante!» Estas palabras y estas fotos tocaron el corazón de muchos usuarios de Internet.
¡Un gesto noble que trasciende los valores humanos y la solidaridad!