En Nigeria, el caso de un niño hizo noticia y sus fotos fueron publicadas, rompiendo el corazón de personas en todo el mundo. Este es el pequeño apodado Hope…
En enero de 2016, Anja Ringgren Lovén, fundadora de la Fundación de Ayuda, Educación y Desarrollo para Niños Africanos (ACAEDF), rescató a un niño de 2 años que vagaba por las calles, completamente demacrado, hambriento y al borde de la muerte.
Este niño abandonado tuvo que sobrevivir por sus propios medios y fue víctima, como tantos otros, de falsas creencias en la brujería.
Anja se hizo cargo del niño de inmediato y lo llevó al hospital para recibir cuidados intensivos y transfusiones de sangre. Se puede decir que Hope tuvo un ángel guardián en esta mujer que vino del cielo.
Tras la difusión de las imágenes de Hope junto a su salvadora, la organización recibió una donación de un millón de dólares de todo el mundo para salvar a este desafortunado niño.
Además, esta donación permitió a Anja crear una organización para ayudar a los niños maltratados y acusados de brujería, construir una clínica médica y rescatar a estos niños de la tortura.
Pero el mayor don humanitario fue la bondad y empatía de la danesa Anja, quien recibió el mayor mérito.
Hoy, Hope está creciendo normalmente y ha comenzado a asistir a la escuela en el orfanato creado por la danesa y su esposo.
Independientemente de las prácticas de estos rituales, las consecuencias son a menudo aterradoras. Estas víctimas suelen ser estigmatizadas, abandonadas, discriminadas, maltratadas, torturadas y a menudo asesinadas.
Tales violencias, ya sean físicas o mentales, constituyen una violación de los derechos del niño tal como se estipula en la Convención sobre los Derechos del Niño.
Ante esta situación, las ONG, en particular Save the Children, intervienen regularmente para proteger a estos niños víctimas de la violencia y el abandono.
