Muchas personas juzgan a otros solo por su apariencia.
Si un hombre yace en el suelo bien vestido, con traje, entonces significa que la persona se ha enfermado y necesita ser rescatada con urgencia.
Y si la ropa está sucia y desarreglada, entonces está borracho y hay que evitarlo…
Hoy queremos compartir contigo una historia muy conmovedora que ocurrió en la ciudad costarricense de Guápiles.
Un perro corría a lo largo de una de las carreteras locales en sentido contrario al tráfico, ladrando fuerte e intentando llamar la atención.
Muchos conductores no entendían lo que estaba pasando y pasaban alrededor del perro, indignados de que corriera por la calzada.
Finalmente, un hombre compasivo decidió detenerse y averiguar qué pasaba.
El perro inmediatamente empezó a guiarlo.
El conductor tuvo que correr tras el animal durante varios cientos de metros.
Pronto vio lo que había sucedido.
Había un hombre tendido al costado de la carretera, con aproximadamente 60 años.
Los transeúntes literalmente pasaban por encima de él, pensando que estaba borracho.
Pero el conductor, que logró detener al perro, se dio cuenta de que el anciano necesitaba ayuda y llamó a una ambulancia.
Al llegar, los médicos descubrieron que había tenido un ataque al corazón.
Cuando la ambulancia recogió al anciano, el perro saltó al auto con él, nadie se atrevió a echarlo.
Pronto el hombre se sintió mejor y pudo contar que su nombre era Jorge y que el perro era Chiquita. Vivían juntos en una vieja caravana en las afueras de la ciudad.
Ese día paseaba por la ciudad con Chiquita cuando de repente se sintió mal.
Le dolía el corazón y al cabo de un momento perdió el conocimiento.
Afortunadamente, todo tuvo un buen final.