La vida puede ser muy cruel para aquellos que aún no son capaces de enfrentar todas las dificultades de manera independiente. En el mundo, hay muchos niños abandonados por sus padres que sufren graves enfermedades desde el nacimiento.
Priscilla Morse, una residente de Estados Unidos, y su esposo criaron a sus dos hijos durante más de veinte años de matrimonio. Después de que crecieron y dejaron el nido familiar, los padres se sintieron solos.
Después de un tiempo, la mujer estadounidense descubrió el perfil de un niño en el sitio web de un hogar de niños, cuya foto e historia conmovieron profundamente su corazón. El niño tenía seis años y sufría de muchas enfermedades congénitas, como parálisis cerebral, microcefalia y distrofia. Necesitaba cuidados maternos.
Era imposible mirar al «pequeño duende» sin derramar lágrimas. Priscilla decidió adoptarlo, a pesar de que vivía a miles de kilómetros de distancia, en Bulgaria. Una vez que todos los documentos de adopción estuvieron listos, Ryan (el nombre que el niño recibió) se fue con su nueva familia al otro lado del océano.
Los esposos Morse colocaron al niño en una clínica privada casi de inmediato después de su llegada. Ryan se veía muy débil. A la edad de seis años, su peso no superaba los cuatro kilogramos. Debido a su estado debilitado, era alimentado por sonda.
Se necesitó mucho tiempo para devolver al niño a una vida normal. Pero Ryan aprendió a hablar y ganó peso.
Ahora es difícil reconocer al antiguo «pequeño duende» en él. La pareja Morse comprende que el proceso de curación aún no ha terminado. Requerirá mucho más tiempo y esfuerzo.
Ryan está rodeado de amor y cuidado. Está creciendo feliz y contento. Priscilla comparte que el niño casi nunca llora, y toda la familia lo ama tiernamente.