Yana perdió a sus padres cuando solo tenía ocho años. Su tía se encargó de ella. Y aunque la mujer no pudo darle todo lo que necesitaba, la crió como si fuera su propia hija, rodeándola de amor y atención.
La familia tenía un amigo, «Tío Seryozha de los Estados Unidos», que les enviaba a menudo paquetes. Yana esperaba estos regalos con gran impaciencia. El hombre era compañero de armas del esposo de Galina y mantenía contacto con su viejo amigo.
Decían que era próspero y no necesitaba nada en los Estados Unidos. Cuando llegó el momento de pensar en el futuro de Yana, Sergey Vitalievich ofreció su ayuda. Aseguró que podía ayudar a la huérfana a obtener una buena educación, pero había una CONDICIÓN.
Explicó que las cosas irían más rápido si se organizaba un matrimonio ficticio. La tía no quería hacer pasar a su sobrina por un anciano «novio», aunque entendía que era solo una ficción. Pero el esposo de Gali logró convencerla de que no había nada malo en ello y que sería mejor para su pupila.
Pronto, Yana se trasladó a un estado completamente diferente. Pasó algún tiempo, y la chica no notó cómo se enamoró de su esposo. Sergey Vitalievich hizo todo para que no le faltara nada. Las amigas la difamaban, diciendo que el anciano lo había planeado todo desde el principio y que podría haber conocido a alguien de su edad. Pero a Yana no le afectan esas conversaciones, porque lo más importante para ella es ser feliz.