Xénie, una joven encantadora, tenía un sueño sagrado: quería convertirse en modelo. Y para alcanzar su objetivo, decidió perder peso. En ese momento, pesaba 48 kilogramos. No sabía que esto podría causar problemas de salud muy graves.
La adolescente amaba las imágenes de las chicas en las portadas de las revistas que parecían ser ejemplos de belleza, y quería ser como esas chicas, delgada y bonita.
Y para hacer realidad su sueño, Xénie estaba dispuesta a todo.
La chica limitó completamente su alimentación y, para obtener buenos resultados, poco después comenzó a no comer y simplemente beber agua.
De repente, Xénie se dio cuenta de que ya no quería comer y comenzó a desvanecerse como una vela. Muy preocupados por la situación de su hija, sus padres acudieron a los médicos.
Pero ya era demasiado tarde, y los médicos no pudieron ayudarla. Entonces, la familia recurrió a especialistas experimentados. Xénie ya pesaba 23 kilogramos.
Afortunadamente, los especialistas lograron ayudar a Xénie, pero fue un proceso difícil que duró 9 años. 9 años después, la chica logró recuperarse por completo.
Ahora, la joven tiene una apariencia encantadora y trabaja en su propio salón de belleza.
Después de consultar a muchos psicólogos, Xénie comprendió que se puede encontrar la felicidad simplemente siendo uno mismo.