Dara Crouch estaba segura de que tendría una segunda hija; durante el embarazo ni siquiera preguntó a los médicos sobre el sexo del bebé. Y no es sorprendente, ya que en los últimos 50 años, solo habían nacido niñas en su familia, sin importar cuántas generaciones intentaran concebir al menos a un niño.
La sorpresa de Dara no se puede describir con palabras, pero es bastante realista estimar su magnitud a partir de una foto. Una amiga de esta familia, la fotógrafa Neely Ker-Fox, capturó el momento con una precisión increíble; habla por sí misma.
El bebé fue llamado Liam, sus padres y todos los demás parientes lo adoran, y muchas parejas conocidas consideran su nacimiento como la providencia de Dios.
Es sorprendente cómo a veces la naturaleza juega bromas con las personas. ¡Solo imagina la reacción de varias generaciones en esta familia!