El momento en que un novio toma a su madre en sus brazos para bailar en su boda a menudo va más allá de un simple gesto. Para Amy Wynn, fue una expresión de fuerza indomable frente a la adversidad.
Hace diecisiete años, el diagnóstico de esclerosis múltiple golpeó su vida como un martillo, alterando su rutina diaria y la de su familia.
Esta enfermedad, que ataca implacablemente el sistema nervioso, la privó gradualmente de su movilidad, confinándola a un mundo donde cada movimiento se convierte en un desafío.
La familia de Amy se lanzó de lleno en una feroz batalla contra esta enfermedad.
Se inició una campaña de recaudación de fondos, impulsada por la esperanza de que algún día un tratamiento basado en células madre pudiera devolverle parte de su libertad perdida. Mientras tanto, otro gran evento se perfilaba en el horizonte: la boda de su hijo Stefan.
Stefan y su futura esposa Cassie se rompieron la cabeza buscando una manera de incluir a Amy en el tradicional baile de madre e hijo. Querían que ese momento reflejara la determinación de Amy, una fuente de inspiración para todos.
“Hemos revisado cientos de videos, explorado cada posibilidad, pero nada parecía adecuado. Nada parecía hacerle justicia al espíritu luchador de Amy”, dice Cassie.
Fue entonces cuando, la víspera del ensayo, Stefan tuvo una idea que cambiaría todo. Decidió que llevaría a su madre durante el baile, una sorpresa que solo compartió con Cassie, queriendo mantener el efecto sorpresa intacto para Amy.
El día de la boda, cuando Stefan y su hermano Garrett ayudaron a Amy a salir de su silla de ruedas, la emoción invadió la sala. Las lágrimas de los invitados testificaban la potencia de este gesto.
Este baile, cargado de emoción cruda y fuerte simbolismo, fue compartido por miles en internet. Para Amy, fue mucho más que un baile. Fue un testimonio del amor inquebrantable de su familia y amigos que apoyan su lucha.