Cody McCasland es un niño extraordinario que ha enfrentado un desafío difícil. Nació sin piernas y tuvo que amputárselas para poder usar prótesis y aprender a caminar.
El valiente niño fue diagnosticado con una condición llamada agenesia sacra, que afectaba sus piernas.
Los médicos recomendaron la amputación de sus piernas para que pudiera aprender a caminar con la ayuda de prótesis.
La ausencia de la tibia y la rótula en la pierna derecha hacía imposible sostener y doblar la extremidad.
Tomando un riesgo, los padres de Cody acordaron la amputación cuando tenía solo 15 meses.
Dos meses después de su procedimiento, el niño ya llevaba su primera prótesis y, para sorpresa de sus padres y médicos, había aprendido rápidamente a usarlas.
Sorprendentemente, Cody se adaptó rápidamente a sus nuevas piernas protésicas e incluso destacó en deportes.
A la edad de nueve años, tenía diferentes piernas protésicas para diversas actividades como correr, jugar fútbol, hockey y nadar. A menudo supera a sus amigos sin discapacidades en estos deportes.
Cody sueña con competir en los Juegos Paralímpicos y quiere convertirse en un exitoso médico algún día. Su historia nos muestra que, sin importar los obstáculos que enfrentemos, nuestra respuesta y determinación son lo que realmente importa.