En una ocasión, Mason Ochea, de 4 años, estaba jugando en casa cuando notó que su hermanito había caído a la piscina.
Cualquier niño de su edad habría llorado o llamado a ayuda, pero el niño corrió al patio y logró sacar a su hermano del agua.
En ese momento llegó el padre de los niños y llamó a una ambulancia. El hermanito había perdido el conocimiento.
Cuando los socorristas llegaron y después de revisar al niño, dijeron que su vida no estaba en peligro y que si hubiera salido del agua unos minutos después, la situación habría sido desesperada.
Mason es un verdadero héroe. Cuando los socorristas se enteraron de que él fue quien salvó a su hermano, le ofrecieron a su padre llevarlo a su cuartel para darle algunas lecciones.
El niño fue recibido muy cálidamente allí, le enseñaron varias cosas, cómo hacer vendajes, qué herramientas están disponibles, etc.
Mason recibió como regalo un uniforme de socorrista y el Jefe de Socorristas, John Van Gieson, le entregó un premio, convirtiéndolo en el socorrista más joven de la ciudad.
Afortunadamente, el hermanito del niño se recuperó rápidamente y este incidente obligó a todos a poner una cerca alrededor de sus piscinas.
Mason ha estado aprendiendo a nadar y a escalar desde la infancia para convertirse en socorrista.