El hombre no podía creer lo que veían sus ojos cuando encontró eso mientras renovaba la casa

Vibras Positivas

El matrimonio había comprado una casa construida en 1940. Después de algunos años, los nuevos propietarios decidieron reconstruir su casa.

Entonces, en el sótano, el hombre encontró una lonchera verde que estaba escondida dentro del techo, atrapada entre las viejas tablas.

El hombre no podía creer lo que veían sus ojos cuando encontró eso mientras renovaba la casa. Llevó la lonchera al patio y llamó a su esposa para que la abrieran juntos. El contenido no era pesado.

Y cuando la pareja la abrió, el contenido los dejó absolutamente asombrados. Revelaron varios paquetes envueltos en papeles encerados.

El hombre no podía creer lo que veían sus ojos cuando encontró eso mientras renovaba la casa. Era dinero. Algunos billetes eran más raros que otros, algunos apenas habían circulado. Todos los billetes databan de 1928-1934.

El hombre no podía creer lo que veían sus ojos cuando encontró eso mientras renovaba la casa. Según la ley estadounidense, el dinero pertenecía a esa familia.

Después de resolver cuestiones legales, el hombre publicó una serie de fotos en Internet. La publicación de la historia con este hallazgo se volvió muy viral.

En ese momento, la pareja estaba luchando por pagar su hipoteca, por lo que ese dinero fue una ayuda enorme e inesperada. El hombre no podía creer lo que veían sus ojos cuando encontró eso mientras renovaba la casa.

Una semana más tarde, el propietario regresó a renovar su sótano, ya que ya había remodelado el primer y segundo piso de la casa.

Tenían que quitar el techo del sótano, así como las gruesas capas de polvo que se habían acumulado a lo largo de los años. El hombre no podía creer lo que veían sus ojos cuando encontró eso mientras renovaba la casa.

¡Y qué suerte! El hombre encontró una segunda lonchera. Esta era el doble de pesada que la primera.

«Mi esposa estaba en el trabajo cuando encontré la segunda lonchera, así que decidí esperar a que ella llegara a casa para abrirla», contó el hombre afortunado.

Otra lonchera llena de dinero. Y esta vez también, no podían creer lo que veían sus ojos.

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El Lindo Rincón
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