Bajo su aire impasible, el famoso intérprete de Rambo esconde grietas que lo convierten en un hombre roto. Pocos días después de la pérdida de su hijo, Sage, el icónico actor decidió pasar este duelo en silencio y se hundió en una dolorosa espiral de culpabilidad.
Agobiado por la tristeza, el hombre de prolífica carrera cinematográfica decidió hablar sobre esta devastadora experiencia. Sage falleció repentinamente a los 36 años a causa de un paro cardíaco.
Cuando Sage nació, la vida de Sylvester Stallone dio un giro completamente diferente: el que conlleva las nuevas responsabilidades de un joven padre.
El niño mimado de Hollywood compartió intensos momentos de complicidad con su primer hijo, iniciándolo en el boxeo desde muy joven. Nada había preparado al actor para perder a Sage en la flor de su vida, pero el destino decidió lo contrario.
Desde esa muerte repentina, Sylvester lleva las cicatrices de un duelo inconmensurable.
Sage Stallone falleció repentinamente a los 36 años en su apartamento a causa de un ataque cardíaco debido a la aterosclerosis, una afección arterial caracterizada por la aparición de placas que comprometen las funciones cardíacas.
Su repentina muerte devastó a Sylvester, quien tenía una relación privilegiada con su primer hijo.
Si bien el actor admirado por millones de fanáticos no se confesó de inmediato sobre este devastador evento, los medios se hicieron eco del tema mencionando el pasado problemático de Sage, con su adicción a las drogas.
Esta narrativa de los periodistas no dejó de afectar al padre afligido y devastado. Para silenciar a las malas lenguas, hace un llamado a la empatía de los tabloides.
“Cuando un padre pierde a su hijo, no hay dolor más fuerte. Imploro a todos que respeten la memoria de mi talentoso hijo y sientan compasión por su madre, Sasha. Sentiremos este dolor devastador hasta nuestro último aliento”, confió el icónico actor a Metro.