Un hombre sin hogar llamado Cesar fue llevado al hospital de Rio do Sul en Brasil. El hombre se enfermó y los transeúntes llamaron a una ambulancia. El médico de guardia, Chris Mamprim, atendió al hombre.
Mientras Cesar era examinado por los médicos y se realizaban todos los procedimientos necesarios, Mamprim notó que cuatro perros estaban esperando en la puerta del hospital. Estaban nerviosos y observaban atentamente las acciones de los médicos.
Los perros estaban bien cuidados, limpios y bien alimentados, era evidente que estaban bien cuidados.
Al principio, el médico no entendía de dónde venían, resultó que todo el grupo había corrido detrás de la ambulancia durante varias cuadras. Estaban preocupados por Cesar.
Cuando el médico le preguntó a Cesar, él confirmó que eran sus amigos y que a menudo se alimentaba a sí mismo, pero siempre los alimentaba a ellos. Recogió a los perros de la calle, nadie los quería y se convirtieron en su familia.
Resultó que a Cesar se le habían ofrecido varias veces viviendas, pero tuvo que rechazarlas. Los albergues no permitían a los perros y no podía traicionar a sus amigos dejándolos en la calle.
Cuando el hombre fue atendido y dado de alta, todo el grupo corrió a saludar a su amigo. El personal se conmovió tanto por esta historia que alimentaron a toda la pandilla. La gratitud de los perros conmovió a todos. No se puede traicionar a amigos como esos.
Nunca debemos juzgar a una persona sin conocer su vida. Cesar resultó ser un hombre noble que no podía traicionar a sus amigos. Esperamos que esta historia ayude a las personas a conocerlo mejor y lo ayude a encontrar un hogar donde haya espacio para sus amigos de cuatro patas.