A la edad de 6 años, Terry McCarthy accidentalmente se derramó un bol de queroseno caliente sobre él. Sufrió quemaduras de tercer grado que cubrieron el 70% de su cuerpo, dejando cicatrices profundas en su rostro y brazos.
Al crecer, tuvo que enfrentarse a personas que lo intimidaban debido a su apariencia. Decidió luchar contra sus miedos y convertirse en bombero. A los 26 años, completó un riguroso entrenamiento de doce semanas en Washington y hoy prospera como bombero.
El día que llegó, Terry enfrentó su primer incendio real. Mientras se ponía su equipo de protección, sintió su corazón latir fuertemente en su pecho. Los recuerdos del queroseno vinieron a su mente.
Pero cuando Terry entró en el edificio en llamas, algo cambió dentro de él. Experimentó una sensación de calma y control que nunca antes había sentido. El miedo que lo había retenido durante tanto tiempo desapareció de repente, reemplazado por un sentimiento de determinación.
Terry hizo todo lo posible para extinguir el fuego, y cuando lo logró, salió ileso. Sintió un sentimiento de triunfo que nunca antes había experimentado, un orgullo hacia sí mismo que nunca habría creído posible.
Estamos encantados de verlo.