Imagina por un momento: una joven profesora, Chelsea Haley, que en 2015 decidió dar más que lecciones de clase.
Involucrada en un programa educativo para escuelas desfavorecidas, conoció a Jerome, un estudiante de primaria que luchaba por mantenerse al día e incluso había sido suspendido.
¿Cuál podría ser la razón de sus dificultades? Conmovida por su historia, Chelsea decidió profundizar más.
La realidad de Jerome estaba lejos de ser fácil. Viviendo en la pobreza, con una madre abrumada por el duelo de su esposo y una hija, el joven y su hermano Jace eran trasladados constantemente de una casa a otra.
Chelsea no podía quedarse de brazos cruzados. Comenzó con gestos simples: asistir a sus partidos de fútbol, proporcionarle materiales escolares. Poco a poco, se forjó una conexión real.
El año 2016 marcó un punto de inflexión. Jerome hizo la pregunta que cambiaría sus vidas: ¿podía vivir con ella? Chelsea, sintiendo un profundo llamado de su corazón, decidió no solo acogerlo, sino también adoptar a su hermano menor Jace.
Sin embargo, el camino hacia la adopción estaba lleno de obstáculos y deudas masivas, que ascendieron a más de 48,000 dólares (aproximadamente 44,908 euros).
Un sacrificio financiero inmenso, pero para Chelsea, la recompensa era invaluable: convertirse en su madre.
Para saldar su deuda, Chelsea no escatimó esfuerzos. Entre clases particulares, horas extras e incluso la venta de su casa para mudarse de nuevo con sus padres, hizo todo lo posible para estabilizar su situación financiera.
Su objetivo? Ofrecer una verdadera estabilidad a sus hijos y preparar a Jerome para la universidad.
