A veces, la belleza del paisaje es tan impactante que nunca deja de suscitar la admiración de todos los que la contemplan. Así, una playa en México parece haber conquistado el corazón de este perro. Cada día, se dirige fielmente a la playa donde admira el atardecer.
Un perro encantado por el crepúsculo
En México, la región costera de Mazatlán, situada en el estado de Sinaloa, es un lugar con vistas impresionantes. A menudo se la llama «la perla del Pacífico».
Los visitantes llegan a diario y muchos regresan cada verano, fascinados tanto por la amabilidad de la gente como por la esplendor del lugar.
¿Está interesado este perro de pelo marrón en esta costa? Cada vez que mira el paisaje, suspira, encantado por el cuadro que se presenta ante él, según informaron nuestros colegas de American Post el 5 de enero de 2022.
Mira impasible el mar desde la orilla del río. La vista es tan fascinante que nada puede desviar su atención. Ni siquiera su cola se mueve, reflejando la calma que siente.
No se sabe si este perro tiene dueño; parece estar en buen estado de salud y en excelente condición física. Es bien conocido en la región y se lleva bien con los habitantes. Cuando los visitantes intentaron fotografiarlo, lo permitió sin abandonar su ocupación.
En busca de inspiración, el famoso fotógrafo Chema Robles, conocido como el fotógrafo de los $10, obtuvo exactamente lo que quería al descubrir a este perro.
El fotógrafo compartió sus fotos en un grupo de Facebook. Las reacciones fueron extremadamente positivas. En pocas horas, recibió más de setecientas reacciones y varios comentarios.
Los internautas elogiaron las habilidades profesionales del fotógrafo, pero también su capacidad para capturar la magia del momento. Algunos se enamoraron del perro, que se veía encantador en medio del panorama.
Chema también eligió una frase conmovedora para acompañar sus fotos: «¿Has tenido un día difícil? Ven, siéntate y mira el atardecer conmigo». La foto de este perro, que inspira tranquilidad, lleva un hermoso mensaje.
Es una invitación a dejarse maravillar por la belleza y a disfrutar de las cosas ordinarias de la vida… como un atardecer.